
Bajo este lema
que cuestiona e invita a pensar la vida en serio, se llevó a cabo el encuentro
vocacional Nro 05, el día sábado 13 de mayo del año en curso, que contó con la
participación de veintitrés jóvenes de diferentes localidades del Estado Lara,
los diez candidatos al noviciado de la Compañía de Jesús y tres hermanas de las
congregaciones religiosas de Vorcelaar de La Carucieña, de Jesús Resucitado de
Quíbor y de las Esclavas del Divino Corazón del Tostao; todos con un mismo fin,
compartir su experiencia de vida con los asistentes, de modo de palpar que la
vocación y la entrega a Dios mueven al ser humano desde adentro hacia afuera y
lo llevan a lugares inesperados en busca de “eso” que Dios quiere de cada uno.
La dinámica fue
bastante práctica, una vez presentados los asistentes a fin de que se sintieran
en confianza, se dividieron en equipos y fueron pasando por las distintas
estaciones, en donde había por lo menos un candidato y una hermana religiosa y cada
uno dispuso de tres minutos para compartir: cómo inició su proceso vocacional, cómo surgió la
pregunta de la vocación, acerca del discernimiento y a dónde le ha llevado a
buscar claves y respuestas a sus interrogantes. Dado el tiempo limitado y
valioso, todos los participantes pudieron conocer al menos la mitad de los
panelistas, quienes compartieron gustosos sus experiencias de vida.
La dinámica
también involucró responder a preguntas puntuales, hechas por los asistentes,
quienes no perdieron la oportunidad de sondear en la experiencia de los
panelistas, dejando claro el principio de identificación con cada historia
vocacional, que presentan tanto similitudes como divergencias, que en
definitiva animan e incentivan el sano interés, por explorar el propio llamado
de amor que hace Papá Dios a seguirle desde una opción de vida puntual y bien
definida. Lo que en palabras de los asistentes, fue una riqueza del encuentro,
el poder compartir con gente joven con vidas interesantes y muy valientes que
han resuelto darse un tiempo y poder tomar una decisión.
En estos
momentos de incertidumbre –sobre todo para la juventud- donde está en juego sus
aspiraciones, sus sueños y su futuro; papá Dios nos sigue invitando a hacernos
grandes preguntas, a dejarnos permear por su amor presente en todo y en todos,
para dejarnos conducir por él, que como lo hizo con Josué nos invita a cruzar
nuestro río con la única certeza de que al otro lado, está nuestra propia
tierra prometida y que él nos acompañara durante todo el camino. Hoy él nos
propone ser valientes y temerarios para saltar al vacío, pero también ser
conscientes y sensibles para poder preguntarle constantemente ¿A dónde nos
quiere llevar?
Luis Varela SJ / Juan
D. Hellburg SJ
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