Desde su fundación, la Compañía de Jesús ha considerado la formación 
de los jesuitas como una prioridad apostólica, caracterizada por los 
siguientes elementos:
La formación se concibe en y para la libertad. A los jóvenes jesuitas
 se les forma para asumir una serie de valores considerados 
fundamentales (CG34, Decreto 26), mediante estructuras adecuadas y el 
debido acompañamiento de los formadores.
Propone la integración sincrónica de las dimensiones humano-espiritual, intelectual, apostólica y comunitaria.
La formación es personalizada y el acompañamiento es diferenciado, 
para que los principios y normas vigentes no uniformen a los sujetos y 
se pierda la riqueza que el Señor ha puesto en cada uno de ellos.
Subraya la dimensión universal de la Compañía, la asunción de nuevas 
culturas, el aprendizaje de idioma e
incentiva constantemente en el 
joven el deseo de una formación sólida, que lo cualifique para la 
compleja misión a la que los jesuitas están llamados, en medio de la 
personas en situación de pobreza, en estrecha relación afectiva y 
efectiva con ellas, llevando una vida austera, entregando lo que se es y
 se tiene.
La formación jesuítica se compone de varias etapas: noviciado, filosofado, trabajo apostólico, teología y tercera aprobación.
Noviciado
Se extiende por dos años y constituye la primera 
etapa de la Formación jesuítica. Se caracteriza por tener una triple 
finalidad: es tiempo de probación, de formación y de clarificación de la
 propia vocación.
La meta es desarrollar, como San Ignacio y sus primeros compañeros, 
una experiencia radical de 
discernimiento -tanto de parte del novicio 
como de la Compañía- del llamado del Señor a ingresar en Compañía, 
realizado a través del conocimiento interno de la persona de Cristo, del
 conocimiento y prueba de sí mismo, y del conocimiento vital e histórico
 de la Compañía universal en Venezuela, a la que se quiere integrar, con
 la disponibilidad a discurrir por todo el mundo, según nuestro carisma.
 Termina con la profesión de los Primeros Votos (pobreza, castidad y 
obediencia), que son simples (no solemnes) y perpetuos (no temporales).
En Venezuela, estos estudios se  desarrollan en el Noviciado San Pedro Claver en Barquisimeto. El P. Fidel Torres es el actual Maestro de Novicio


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