Los novicios de primer año tuvimos la
oportunidad de culminar nuestro primerinado a los pies de la Divina Pastora,
luego de quince días de una experiencia de adaptación y profundización sobre la compañía
de Jesús. Para
nosotros esta primera fase fue el final y el comienzo importante en la
ruta para descubrir de qué manera Dios nos invita a ser felices en
medio de la realidad actual y, para poder profundizar en este camino que hemos
emprendido, será importante tomar como partida nuestra historia y la historia
de los nuestros.
En la mañana del día domingo 30 de
octubre a las 6 en punto iniciamos el recorrido desde el
noviciado hacia Santa Rosa en un ambiente de oración, alegría y
compañerismo. Fue un recorrido largo, en el que cada paso estaba lleno de
contenido, de recuerdos, ilusiones y sueños que se siguen construyendo. También,
tuvimos la oportunidad de visitar algunos templos que quedaban en la vía; en algunos nos encontramos con gente reunida desde temprano, en otros solo la estructura y alguien limpiando. Sin embargo, en ambos casos pudimos descubrir un Jesús resucitado presente en todas las
cosas y personas.
Terminamos el recorrido en la casa de
nuestra Señora, donde nos esperaban algunos seres queridos y personas con
quienes compartimos nuestra fe día a día. Fue una misa muy especial animada por
el P. Fidel Torres. En esta pudimos, delante del pueblo de
Dios, reafirmar nuestra decisión de iniciar el proceso de encontrar eso a lo
que Jesús nos llama, pero ahora dentro del Noviciado San Pedro Claver.
Estoy seguro que será una
experiencia donde el único resultado será ganar, y ganar en grande. Creo que merece la pena dar el paso a ser feliz, a amar con pasión y compartir la vida
con los demás, esos que el Padre nos ha regalado a largo de nuestras vidas, y
también con los que hoy son excluidos y marginados por las estructuras sociales
que dirigen el mundo. Somos muchos los que estamos enamorados, pero hacen falta
muchos más que quiera soñar en compañía, en las cosas pequeñas y en las cosas
grandes, gente que quiera caminar y dejar una huella en este mundo.
Roberto Ferrer SJ
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