Venezuela no es
sólo polarización, desabastecimiento, oposición u oficialismo. Venezuela es
esperanza, es ánimo, y es alegría, reflejada en su juventud. Fuimos testigos de
ello en el noviciado Jesuita los días 18 de noviembre y 01 de diciembre durante
los encuentros vocacionales “Me la juego por Venezuela” y “Me la juego con
Jesús por Venezuela”.
Nuestra casa
sirvió de espacio para que los jóvenes larenses expresaran sus preocupaciones
con respecto al país, pero no nos conformamos con quedarnos en el problema,
sino nos atrevimos a soñar cuál es el país que queremos. Y asumimos su
construcción como un compromiso inspirado en Jesús encarnado que nos acompaña y
anima en medio de nuestros padecimientos. Nuestra fe trasciende el dolor de la
crisis y nos da la esperanza de la resurrección; sabemos que hoy el mundo y
especialmente nuestro país está crucificado, pero una vez más queremos renacer
con Jesús de Nazaret, padecer con Él las consecuencias de ser profetas del
Reino, y resucitar apostólicamente para la misión.
Los más de 30
jóvenes que vinieron durante estos encuentros hoy aseguran estar preparados
para encarnarse como Jesús lo hizo, y les motiva el tiempo de preparación para
la navidad que vamos viviendo, esto lo manifiestan no sólo con palabras. Han
decidido poner el amor más en las obras; participando de manera decidida en
diferentes apostolados, desde la Carucieña, El Tostado, la Parroquia La Candelaria,
el IUJO, Huellas, y proyecto Betania, hasta las diferentes obras der las
Hermanas Jerónimas, Esclavas del Sagrado Corazón y Angélicas, que también
participaron en ambos eventos.
Papa Dios
siempre nos invita a participar de su obra, a construir el Reino en las
realidades más golpeadas. Adviento es momento propicio para leer los signos de
nuestro tiempo y descubrir la invitación que se nos hace para ser felices. Cada
uno de nosotros ha sido mirado con ternura y ha recibido una propuesta
personal, propuesta de darse a los demás. Desde el noviciado nos alegramos de
poder acompañar a otros jóvenes, que hoy se preguntan lo mismo que nosotros, y
esperamos poder continuar discerniendo juntos lo que el Dios del amor nos pide
en esta realidad, porque hoy, más que nunca, estamos dispuestos a jugárnosla
con Jesús por Venezuela.
Arturo, Linares y Roberto.
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