Friday, February 5, 2016

Expo Vocacional con las Hermanas Esclavas del Divino Corazón




El pasado 27 de enero en el Colegio Cardenal Marcelo Spínola de Fe y Alegría, Ubicado en el Tostado, hacia afueras de la ciudad de Barquisimeto estado Lara, la compañía de Jesús dijo presente en la expo-feria Vocacional, promovida por las Hermanas Esclavas del Divino Corazón. Actividad que fue dirigida a los estudiantes de diversificado de la educación técnica media de la institución, en todas sus especialidades, que fueron participando por grupos en función de un circuito, ya que se contaba con la participación de otras congregaciones, como lo son las Hermanas Misioneras de la Inmaculada Concepción, las Hermanas del Instituto de Religiosas  San José de Gerona, y las hermanas de la Congregación Esclavas del Divino Corazón.

            Preparar como llegar, que ruta usar, que llevar, que decir, y en qué modo,  ya que era para jóvenes de una escuela técnica, fue una labor orientada por los compañeros de la Comunidad del Noviciado San Pedro Claver, pero tuvo un toque especial que lo dio la gracia del Espíritu. Una gracia única y especial que permite la armonía de trabajar en equipo, de unir criterios productivos para lograr ser efectivos, al momento de dar el mensaje de Jesús a tantos jóvenes que nos estaban esperando.

            Llegar a la institución y ver qué grande es la infraestructura del colegio, me hizo recordar las cartas del P. José María Velaz –Fundador de Fe Y Alegría- un hombre que soñó en grande, y que no solo soñó, sino que se dio por y para los demás, como lo dice el inicio de su testamento: “Estoy pensando en vosotros, en los que vendrán.” Y percibir aquella cantidad de estudiantes, me daba cuan alegría en mi ser, y sentir que la fuerza que tuvo el P. Velaz de soñar e inspirar a otros, no vino de sí mismo, sino vino de la Gracia del Espíritu que le permitió darse, para que hoy tantas personas que inician su vida, puedan formarse en lo académico, en lo humano, y apostar por ser gente de buen corazón, llenos de Fe y Alegría.

          Llegado el momento de la actividad, fueron pasando los estudiantes por pequeños grupos a los diversos stands, por un espacio de cinco minutos aproximadamente. En el interactuar con ellos fue una experiencia estupenda y de gran reto, porque era transmitir en ese intervalo de tiempo nuestro carisma como Jesuitas, quienes somos, que hacemos y donde estamos. Muy pocos conocían de la compañía, lo que se iba haciendo más interesante y desafiante, de cómo transmitir en cinco minutos lo planificado, que era para más tiempo. Y es aquí como Jesús de Nazaret se hace presente en este contexto, y a su vez como percibirle, en el momento de la interacción, para que se hiciese amena y fructuosa. 

          En tres aspectos fundamentales de la vida del Jesuita se basó la experiencia del compartir. Una de ellas es la oración, que es un encuentro cercano con el DIOS de la vida, que es una experiencia única, una relación que nunca se acaba –excepto si yo quiero- y si yo quisiera acabarla, aun así DIOS no se aparta  y que permite desde el silencio sentirse amado, escuchado, acompañado. Otro aspecto fue la eucaristía, el cómo encontrarme con Jesús sacramentado, aquel que nos da fuerza, nos nutre de vitalidad e impulsa a seguir apostando en hacer el bien por y con los demás. Y el otro aspecto que hacia el trio perfecto es la cultura del encuentro, el abrirnos a estar con otros, trabajar en equipo, ir donde otros nos necesiten, donde nuestra opción es la disponibilidad por la Misión que Jesús nos ha encomendado. 

          Además se compartía la frase: “ser contemplativos en la acción”, lo que esta implica, el estar atentos con todos nuestros sentidos, y percibir como DIOS nos habla en medio de lo que se va realizando en nuestra vida, de mostrarles que a nuestro Señor también se le encuentra en medio de nuestros hermanos, familias, amigos, en las personas necesitadas y en todos aquellos y aquello que está a nuestro alrededor. Al explicar todo esto, sentir sus miradas como muestra de atención y de interés en conocer nuestra experiencia de DIOS, hacía muy feliz nuestro ser y motiva a continuar este camino de Jesús, en seguir sus huellas.
          
  Finalmente desde un agradecimiento profundo con DIOS, de cómo iba suscitando el encuentro, se les hacia la invitación de plantearse la vida como una vocación, pero no una vocación primeramente a ser sacerdote, religioso, o religiosa, sino una vocación a ser feliz, vivir la vida con gratitud, apostando a ser serviciales, desde una experiencia cercana con Jesús, aprovechando las oportunidades que Él mismo nos regala en la vida.  
                                                                                                           Gerson Durán S.J.
        

           

No comments:

Post a Comment