Tuesday, July 15, 2014

LAS MATEMÁTICAS NO MIENTEN

Los beneficios de mejorar en la educación


En el mes de junio acompañé al P. Wyssenbach S.J., en la realización de las olimpíadas de castellano y matemáticas en los estados Monagas y Sucre. Durante esta experiencia de trabajo en las escuelas primarias me he conseguido con dos tipos de personas, dos puntos de vista frente a los cambios políticos, económicos y sociales que vive el país. Unos que apuestan por el futuro, tienen esperanzas, sueñan, están comprometidos con la sociedad; otros que han tirado la toalla, no ven luz en el camino, están desilusionados, paralizados. Pero sé también que ambas posiciones guardan algo en común, y es que necesitan mejorar las condiciones en que viven, así que, estoy seguro que unos y otros entenderán que una de las maneras para enfrentar y superar esos cambios –dignificar sus vidas− es comprometiéndose a trabajar en la educación de los más pequeños.
Entonces, al final de mi experiencia con las olimpíadas de castellano y matemáticas efectuadas este año ¿qué creo que recoge este método que permite sanar y encaminar a la sociedad? Puentes. Veo que concentrando un gran esfuerzo en la educación se crean puentes que traspasan fronteras: políticas, económicas, religiosas y culturales. Son vías que favorecen el encuentro entre quienes comparten una necesidad en común. Puentes que conectan entre sí a niños, profesores, familiares, funcionarios, párrocos, colaboradores y voluntarios. Puentes que permiten llegar a contemplar la realidad del otro y por ende animan y sacan a muchos de ese estado de shock en el que viven. Así que ánimo, continuemos multiplicando experiencias como estas.

La educación hoy
Vamos a partir de la situación actual, por los resultados obtenidos en las olimpíadas de este año en los estados Monagas y Sucre −el número de niños que alcanza el nivel olímpico en castellano y matemáticas disminuyó considerablemente−, a pesar de que puede ser arriesgado decirlo, la educación en Venezuela está en crisis.  Incluso el Estado reconoce ésta problemática y por lo tanto ha impulsado la Consulta Nacional por la Calidad Educativa. Un plan que comenzó el pasado 23 de abril con el fin de abrir un gran debate nacional sobre cómo mejorar, en conjunto, la educación en Venezuela.
Es cierto que aumentó el número de niños y niñas en la primaria, pero también es cierto que se ha debilitado la eficacia del sistema educativo, por ello, el interés del Estado en emprender acciones al respecto. Pero, mejorar la calidad educativa no implica solo mayor inversión económica en el sistema −ya que así se suelen solucionar los problemas−, tampoco pretendiendo imponer un nacionalismo con bailes, carteleras, proyectos y “actos culturales”, sino que amerita el desarrollo de métodos acordes al entorno y en respuesta a las necesidades de la gente.

Más olimpíadas                                                                                           
¿Por qué más olimpíadas? Ya lo decía, para conocernos más y mejor. Experiencias como éstas permiten formar relaciones entre todos los que participan. Relaciones que dan apertura a la comunicación, herramientas para el diálogo y abren oportunidades para conseguir ayuda.
El profesor tiene una idea más clara de los frutos que obtiene por las estrategias de formación que emplea con sus alumnos, el alumno se hace consciente de sus deficiencias, los padres y representantes reflexionan y ven el compromiso que deben asumir en la educación de sus hijos, el funcionario del Ministerio advierte los resultados del trabajo que viene desarrollando, los párrocos –muchas veces el contacto local para organizar las olimpíadas en comunidades rurales− tienen una idea más clara del compromiso que como iglesia deben asumir en la construcción de una sociedad cada vez más justa, los colaboradores y voluntarios se acercan a una realidad muchas veces desconocida para ellos y gracias a éste tipo de experiencias se ven motivados a continuar con su servicio.  
            En fin, el impacto y el beneficio que se genera en las personas impulsa el crecimiento no solo particular sino también a nivel institucional y social. Porque se van tejiendo redes, contactos que andan poco a poco y con esfuerzo generando un capital invisible pero invalorable, la confianza. Este valor invaluable hoy en día permitirá que el extremo desilusionado con el futuro del país y el extremo de quienes mantienen la esperanza se junten para alcanzar un mismo fin, mejorar la educación.

Un remedio para todo mal
            Hay males que afrontar, hay muchos que pueden no entender el bien al que conlleva la realización de las olimpíadas, o pueden incluso considerarlo una amenaza ya que lo ven como una evaluación –una condena− hacia su labor o simplemente como más trabajo. Entonces, el problema es que éstas personas, muchas veces con poder, pueden llegar a impedir la implementación o continuación de estos proyecto. Por lo tanto, las olimpíadas de castellano y matemáticas necesitan más difusión, mayor incidencia.

Pensando en el futuro
Es preciso mostrar el interés que los niños y niñas demandan. He visto que los responsables de la educación para los más pequeños tienden a resaltar las debilidades del sistema −incluyendo los padres y representantes−. Son esos los síntomas de un pesimismo agudo, una desmoralización contagiosa que afecta también a los estudiantes. Mas he comprobado que con las olimpíadas de castellano y matemáticas si bien se tiene información para hacer visibles las fallas también se plantean estrategias al respecto, se cuenta con cifras y datos estadísticos que sirven para resaltar los logros alcanzados por todos los involucrados, y además se aprovecha ese espíritu de competencia que tanto atrae a los niños y logra captar su atención en un objetivo, contrarrestando así las causas de su apatía.
“Los niños y niñas exigen bastante”. Esto me dijo una profesora. Pues creo que ella ha trabajado mucho por esos niños pero necesita apoyo. “La calidad de la educación en Venezuela era mejor cuando existían las Escuelas Normales”, comentaba un sacerdote. Por ello, creo necesario empezar a mejorar la formación de los educadores, no vale solo con tener el título de licenciados.
De manera que las olimpíadas de castellano y matemáticas, con seguridad, son una práctica que necesita extenderse por todo el país y así se ha hecho durante 26 años desde que inició el proyecto. Pero no solo basta con esto, para continuar apoyando este gran esfuerzo, desde el salón de clases se debe continuar desarrollando la creatividad, no limitarse al uso de las herramientas que el Ministerio de Educación ofrece sino que requiere conquistar este y otros métodos alternativos; manejar con variadas técnicas el contenido que las diferentes áreas merecen en cada etapa de formación según los especialistas y las necesidades actuales.
A continuación, algunos métodos que compartieron conmigo docentes con años de experiencia en el aula y que pueden ser implementados sistemáticamente: el debate; la competición, no tener miedo a la hora de reconocer y felicitar a los mejores, en un ambiente sano y en donde se muestre el interés del formador por mejorar el rendimiento de los alumnos con el tiempo será evidente el progreso de todos; prácticas evaluadas diariamente, incluir en el horario  y asumir como un compromiso el contar con un espacio para la práctica de la lectura y la resolución de problemas matemáticos; y finalmente buscar apoyo en el trabajo que desarrollan los orientadores o también ayuda con especialistas en áreas como matemáticas, literatura, psicología u otras ciencias.
            Un secreto de las olimpíadas y de nuevas estrategias dentro del salón de clases es que actúan como un incentivo para los niños. Es fundamental para ellos y les despierta el ánimo afrontar un reto claro. Cumplir una misión se va haciendo un hábito.

Mente + corazón + trabajo = mejor educación
En fin, los pasos que requiere emprender la sociedad venezolana para enfrentar y superar la realidad que vive merecen valerse de la razón, del amor al prójimo y del actuar mancomunado. Es decir, conscientes de su responsabilidad cada ciudadano debe sumar en su rutina más imaginación, más corazón y más trabajo enfocado en los niños para obtener como resultado una mejor educación.
Encontrándose todos en el mundo de la enseñanza primaria los venezolanos edificarán los puentes que abrirán las puertas a una solución positiva. Las matemáticas no mienten.

José Manuel Gómez González

05 de julio de 2014

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