
Esas palabras de agradecimiento nos transmitieron historia,
compromiso y amor, que luego se confirmó día tras día al compartir con las personas durante la Semana Santa, el
trato era como si nos conociéramos desde antes, nos invitaban a pasar a sus
casas y algunos nos decían “¿les traigo
el vaso con agua y la ramita?”. En la casa más alejada que visitamos nos
encontramos con un altar donde se pudo distinguir una estampita desgastada y
amarillenta de San Ignacio de Loyola, imagen que hizo que diéramos lo mejor de
nosotros así como lo hicieron esos misioneros que trajeron esa estampita hace
algunos años atrás. Con frecuencia nos preguntaban por algún misionero, fuese
estudiante, laico o jesuita de distintas edades y mandaban muchos saludos,
estos afectos y recuerdos demuestran la historia de evangelización construida a
lo largo de 20 años.
En ese hermoso rincón de
Venezuela de bellos paisajes, tierra fértil y personas de fe profunda, se
revela el evangelio desde el actuar de la gente al compartir sus frutas,
verduras y hortalizas cosechadas, con sus vecinos y familiares. Mientras se
camina por alguna de sus vías, a cualquier hora, se puede llegar a percibir que se aproxima una
moto tras su característico sonido, inmediatamente se interpreta como una ayuda
para llegar más rápido al destino pautado.
No podemos olvidar que durante
este Campamento Misión Santiago de Trujillo 2016 en su edición número 20,
fueron atendidas 3 aldeas, Estiguates fue visitada por 9 estudiantes del
Colegio San Ignacio de Loyola-Caracas, bajo la coordinación del P. Miguel
Centeno S.J, Altos de Isnarú contó con la Orientación del P. Gerardo Rosales
S.J acompañado por 4 jóvenes universitarios provenientes del Zulia y Caracas y
el sector de Las Rosas que tuvo la presencia de 2 jóvenes con espiritualidad
ignaciana, uno del Estado Zulia y otro miembro del programa CUPAH, más la
presencia del novicio Jesuita Arturo Rey.

con generaciones de jesuitas que han peregrinado por estas tierras santas, cargando en sus corazones experiencias transformadoras a personas del sector, estudiantes, jóvenes de Huellas, miembros de CUPAH, laicos y Jesuitas de distintas generaciones.
Gracias Señor, por evangelizar a
través de su gente a quienes visitamos tu divina creación de Santiago.
Arturo Rey SJ
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