Bajo el sol Marabino

En el colegio Gonzaga, se vivencio una experiencia gratificante para el alma. Vitamina espiritual recibida bajo el sol marabino, que anima a seguir en el constante discernimiento del Amor de DIOS. Un hecho de haber sentido la cercanía de Jesús de Nazaret en todo momento y lugar, en medio de la oración, eucaristía y de encuentro con otros, hizo un memorable significado en ir haciéndome parte de esta mínima compañía de Jesús.  

Una experiencia que fue haciendo pauta desde su mismo inicio, en una cercanía muy fraterna con otros compañeros Jesuitas, de la comunidad del Gonzaga, hasta el final de la estadía. Percibir que en medio de los contrastes culturales y modos de actuar en cada uno, se va haciendo hermandad centrada e integrada en la persona de Jesús, desde una disposición dada por la Gracia y el Amor del Padre que nos la regala en la eucaristía y compartir comunitario.

El encuentro con otros, ha sido una fuente inagotable de alegría y entusiasmo que contagia a continuar laborando ante un agotable calor e infinidad de partículas de arena que envuelven la institución. Esa alegría y entusiasmo fue dada desde el Espíritu por medio de los estudiantes, docentes y personal administrativo y de apoyo del colegio que ahí hacen vida. Una increíble recepción que sorprende e impregna a ser partícipe de la dinámica que va suscitando en el entorno escolar, desde Estar y compartir la vida entre risas de alegría, labores en aula y de campo, entre llantos y escucha ante la adversidad de otros, a llevar la buena nueva de Jesús.

 La cercanía entre los escolares y compartir sus actividades diarias, aunado en estar participando y sirviendo desde lo humano y académico con los  profesores, personal administrativo, directivo y obrero  se convierte en una relación que trasciende hacía una amistad de gran calidad y que serán difíciles de olvidar, porque solo el Señor hizo posible este encuentro.

En estos momentos de la vida continúo apostando en fiarme de la mano de Jesús de Nazaret, quien brinda la Gracia del Padre y del Espíritu que animan a seguir en este caminar, divisar un mejor horizonte de la mano con María nuestra Madre a preguntarme y responder: ¿Dónde quiero seguir gastando la vida? ¿Con quién y por quienes continuar invirtiendo el resto de tiempo que DIOS me dé? Y así vivir día a día la gran invitación que el Buen DIOS de la vida me hace. 

 

 Gerson Duran SJ