Consagrados para ser Fieles, Apasionados y Servidores de la Misión de Cristo.

En la mañana del sábado 05 de septiembre del 2015, amanecía distinto en el noviciado jesuita San Pedro Claver, nuestra casa cargada de rostros diversos, los cuales expresaban la alegría del compartir junto a los Jesuitas de Venezuela, los votos de nuestros hermanos Erick Mayora y José González.

La consagración de Erick y José,  mediante los  votos de obediencia, pobreza y castidad son el fuego  del amor sembrado por Dios, en donde juntos emprendieron un camino de discernimiento, un recorrido que no termina. En este peregrinar es donde se acrecienta el compromiso de buscar, sintiendo y gustando a Dios en todas partes.

Entre familiares, amigos, conocidos y hermanos jesuitas se llevó a cabo en las instalaciones del noviciado la Eucaristía de consagración, como expresión de una honda experiencia espiritual en donde los amigos Erick y José, se ofrecen en seguimiento a Dios teniendo como medio la mínima compañía de Jesús. 

La profesión de los votos de obediencia, pobreza y castidad son hoy la expresión de fraternidad en la que papá Dios invita a nuestro hermanos a testimoniar la resurrección y a partir el pan con sencillez y alegría en nuestra realidad, realidad que es compartida en comunidad, en compañía de la familia jesuita y de tanta gente de buena voluntad que ayudarán a llevar en palabras y acciones la predica de los valores cristianos en el deseo de construir una sociedad más justa y más humana.

Desde nuestra  alegría queremos invitar a toda la juventud a no tener miedo de escuchar la voz de Dios, esa voz que alcanza nuestro ser, que nos invita a soñar, a compartir y a vivir lo soñado, nos regala un corazón sensible y nos invita a una entrega y servicio generoso por la fe y la justicia. Es una invitación a vivir con certeza de estar acompañado cada día, y esa compañía revela algo extraordinario en el regalo de la vida.

Agradecemos a la Trinidad Santa, por la vocación de Erick y José y su presencia en medio de nosotros, y le pedimos a María Madre del caminante que les ayude a mantener viva la llama del amor por Jesús,  y juntos sean fieles servidores apasionados de la misión de Cristo. ¡Perseverancia Amigos.  «A la mayor gloria de Dios»!   

Francisco Serrano S.J.