Friday, August 26, 2016

“A seguir creyendo en esta gran familia: Venezuela”


El Noviciado Jesuita San Pedro Claver fue invitado a participar en el Encuentro Nacional Universitario Ignaciano que se desarrolló en el estado Mérida contando con la participación de 180 jóvenes. La actividad se llevó a cabo del 16 al 20 de agosto, en las instalaciones del colegio internado Fe y Alegría San Javier del Valle. Un ambiente natural que en estos cuatro días tuvo al Pico Bolívar como fiel observador de las ideas, pensamientos y sentimientos de la juventud venezolana. El día martes desde tempranas horas comenzaron a llegar jóvenes de las distintas zonas del país colmando cada espacio del colegio en alegría y esperanza.

Entre risas y aplausos cada chamo estrecho su mano para acercarse y saludar a todos los presentes, lo cual generó un clima de bienvenida y acogida a toda esta Juventud que forma parte de las Obras de la Compañía de Jesús en Venezuela. Entre cantos, juegos y disposición se recibieron a los chamos de los Institutos Universitarios Jesús Obrero de Catia, Petare, Guanarito, Barquisimeto y Maracaibo, jóvenes del Movimiento Juvenil Huellas, los jóvenes de las Universidades Católicas del Táchira, Andrés Bello de Caracas y Guayana, la juventud de las Parroquias San Alberto Hurtado de la Vega y San Ignacio de Loyola de Maturín, jóvenes de la comunidad San Javier del Valle de Mérida, jóvenes del Centro de Espiritualidad y Pastoral de los Jesuitas, la Pastoral Vocacional y el Noviciado de la Compañía de Jesús en Venezuela.


La juventud presente se distribuyó en cuatro grupos, los cuales se identificaron con los nombres de jesuitas que han generado un aporte significativo para el continente americano y la región venezolana. Entre ellos destacan: Ignacio Martin Baró e Ignacio Ellacuria, “Mártires del Salvador, quienes dedicaron la  mayor parte de su vida a la investigación y al trabajo por transformar la difícil realidad social y  política que vivía Centro América”. Jesús María Olaso, “quién en Venezuela fue un arduo luchador a favor de los Derechos Humanos y la justicia social con un gran sentido de servicio a las comunidades más necesitadas, y el Hermano José María Korta “figura misional de notable encarnación con la cultura indígena venezolana donde brillan la creatividad de los recursos, la agudeza de las motivaciones y el heroísmo de su entrega personal”.

Cada día tuvo sus similitudes y diferencias. Entre las semejanzas resaltamos que cada experiencia comenzaba y terminaba con la oración, un espacio para encontrarnos con la palabra de Dios presente en nuestro accionar y en el deseo profundo de expresar los sentimientos y anécdotas que nos acompañaban durante la jornada.

En lo diverso destacamos que el día miércoles estuvo marcado por la profunda escucha de la Juventud, por boca de ellos pudimos conocer  sus pensamientos, ideas, sueños y retos, así como sus propuestas de alternativas y soluciones, que permitan el establecimiento de capacidades efectivas y ajustadas a sus necesidades reales como ciudadanos y futuros profesionales del país.


El día jueves se desarrolló un conversatorio con expertos en cada área de referencia: Economía, Religión, Educación, Cultural, Social y Político. El conversatorio se orientó junto a los jóvenes en la búsqueda de alternativas y propuestas que nos permitan la reconstrucción del país. Cada ponente habló a los jóvenes acerca de las distintas problemáticas que hoy nos preocupan y nos convocan para ocuparnos a partir del diálogo como herramienta reconciliadora que permita reconocernos desde la fraternidad, la necesidad de aprender acompañarnos desde la ciudadanía, de formar nuestra interioridad con pensamiento crítico e instrumentos humanizadores capaz de brindar respuesta a nuestra realidad, la invitación como futuros profesionales a fortalecer la institucionalidad, sentirnos parte y protagonista del desarrollo que agrupa a una familia que se llama Venezuela, a vivir mi compromiso, y nuestro compromiso, con la dignidad humana y los derechos del hombre, la importancia de fortalecer  los hábitos culturales y hacerlos tan propios que contribuya al desarrollo espiritual.

En la noche del jueves cada joven por grupos de trabajo pudo Compartir su Fe, aquello en lo que cree. Su Esperanza, por lo que apuesta. Su Caridad en aquello que ama, que le da sentido a su vida, a lo que no renunciaría. Cada palabra expresada en este espacio estuvo cargada de emoción y raciocinio que tiene que ver con todo lo que ha sido el compromiso de esta muchachada con el país, es aportar  la experiencia de juventud, la voluntad, fuerza e ímpetu para seguir construyendo un país de oportunidades. Seguido de ello la juventud bailó con la presentación al ritmo de la música campesina de la región andina, y vibró con la exhibición  artística del Padre Jesuita Dizzy Perales y el joven Jhon quienes presentaron una obra de teatro haciendo uso de la acrobacia en telas, además del entretenimiento, la muestra teatral nos invitaba amar lo que hacemos con corazón apasionado, a enamorarnos de lo que nos gusta y vivir profundamente enamorado reinventándonos diariamente.


El día viernes estuvo marcado por ser una mañana de Retiro Espiritual, los jóvenes nos trasladamos desde el colegio hasta la Casa de Ejercicios San Javier del Valle, fue un encuentro a la luz de la oración en donde tuvimos la oportunidad de repasar de manera pausada y particular toda la información recibida y compartida durante los días anteriores. Un momento de encuentro personal con el Dios de Jesús en donde nos sentimos invitados a oír, ver, olfatear, gustar, sentir y reflexionar lo significativo del encuentro. El retiro terminó a medio día alrededor de la cascada, ícono característico de la casa, rezando todos juntos la oración de ofrecimiento de San Ignacio de Loyola. En la tarde del viernes escuchamos al Padre Arturo Peraza Provincial de los Jesuitas en Venezuela, quien compartió acerca de los retos de la Compañía de Jesús en la Venezuela de hoy, en lo cual hizo mención a la importancia de fortalecer el acompañamiento y la formación juvenil desde la espiritualidad ignaciana, la cual permite reconocer al joven como sujeto activo en el trabajo compartido de la misión de Cristo capaz de promover la justicia social y la dignidad humana.

En la noche del viernes compartimos como familia la Eucaristía, cada obra de la Compañía de Jesús presentó ante el altar su acción de gracia, su petición, su canto, su deseo de seguir haciendo un país distinto. A la luz de la celebración eucarística en conmemoración de San Alberto Hurtado, el Provincial invitó a los jóvenes a reconocernos hermanos sin frontera, a transformar la muerte en vida,  a seguir creyendo en esta gran familia: Venezuela, seguir dándonos y formándonos para captar el cambio ideológico y cultural del tiempo que hoy nos toca vivir siendo profetas del presente.


Todo lo vivido se resume en la Esperanza, en la esperanza de esta juventud que sueña con corazón apasionado, que cree en una verdad que genera vida, que está dispuesta a amar entregando todo, que apuesta sintiéndose convencido que nos toca parir la Venezuela humana y fraterna del siglo veintiuno, que luchamos reconociéndonos desde la hermandad, que seguimos caminando para trazar el futuro con pasos que construyen presente. Lo mejor de esa esperanza está representado en esta juventud que en cada instituto, obra y espacio, cree y trabaja por una Venezuela más solidaria y tolerante, en camino democrático hacia el progreso, y hacia la paz, capaz de superar la pobreza, la violencia. En este encuentro nos queda el reto, el compromiso, nuestra primera acción de ocuparnos en la construcción del país en el cual el anhelo de un futuro mejor sostiene la lucha cotidiana por la paz y la convivencia.

Pidamos a Papá Dios nos Conceda la Gracia de poder ser una Juventud  constructora del diálogo y del encuentro, para que juntos edifiquemos un país identificado con el respeto, la dignidad humana, la verdad, la libertad, la justicia, el compromiso, por el bien común, amando a todos sin excluir a nadie, solidarizándonos con los más necesitados.
                                                                                                     Francisco Serrano SJ

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