Saturday, April 25, 2015

AL SENTIR DE LA HISTORIA

Francisco Alejandro Serrano Wellman

Casa de Ejercicios San Javier del Valle.
En la experiencia de ejercicios espirituales ignacianos, tuve la oportunidad de encontrarme con Dios, desde los signos de mi inocencia, rescatando todas aquellas vivencias que me dibujan en medio de la grandeza de Dios.

Al Sentir de Dios su amor en mi historia estallo de alegría. Estallo por reconocer su cercanía; cercanía que ha estado dándome vida, vida que hoy permite reconocerme como parte de suya. Parte suya y obra suya que me invita a construir la novedad de mi vida. Hoy siento tu rostro cargado de amor, mirada llena de humanidad, tus manos llenas de mundo y tus píes llenos del polvo de la historia, mi historia.

Resumo mi experiencia de ejercicios espirituales sintiendo y viviendo a Dios desde la inmensidad del mar.

Dios es como el ancho mar, infinito.
Dios es como el ancho mar, bordea todo.
Dios es como el ancho mar, dentro de él hay vida.
Dios es como el ancho mar, cada ola arrastrada a la orilla es para recordarme que vengo del infinito.
Dios es como el ancho mar, aunque suba la marea, al día siguiente hay una nueva oportunidad.
Dios es como el ancho mar, en lo infinito te espera una isla para descansar.
Dios es como el ancho mar, su amor se desborda sobre la inmensidad.
Dios es como el ancho mar, adorna los días con el sol, las aves y las nubes para agradar a su humanidad.
Dios es como el ancho mar, recibe a todo aquel que quiere disfrutar de su inmensidad.
Dios es como el ancho mar, su llamada se siente como ola que a lo lejos no se distinguir, al acercarse te sorprende chocando con la arena.
Dios es como el ancho mar, con las olas borra las huellas de la arena para seguir a mi lado haciendo caminos llenos de historias. 





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