“Entramos para aprender, salimos para servir”.

Como parte de nuestro proceso de formación en el noviciado en Barquisimeto, los Jesuitas y otras congregaciones han decido agruparse en un ambiente que permite la interacción de los que vamos comenzando como Vida Religiosa alrededor de temas comunes y actuales. A este espacio le llamamos el Intercongregacional: clases los martes y jueves por las mañanas en las instalaciones de la Curia Arquidiocesana  y algunos talleres especiales que requieren la semana entera que son recibidos en nuestras casa de formación.

Estudiar con otras personas que han decidido, con sus carismas y modos propios, profundizar en el seguimiento de Jesús y creen que formarse es necesario para servir mejor, ha sido un aprendizaje constante: las Hnas. Jerónimas de Puebla y su apostolado al servicio del Obispo, me enseña que el servicio cuando se hace con cariño va edificando la Iglesia, y las Hnas. de Jesús Resucitado que con sus casas de atención a las personas mayores en Quibor y Carora me muestran un Jesús que se hace uno con la gente y los ayuda a vivir mejor.

 

Comenzamos en septiembre con un taller de integración, en el que pudimos compartir nuestras expectativas e inquietudes de este comienzo de la vida religiosa con la Hna. Maigualida MMS. Luego, Fray Enrique de los Padres Carmelitas nos habló sobre la Oración durante una semana de reflexión profunda sobre la unión de oración y apostolado. A partir de esos dos encuentros, comenzamos las clases de forma periódica: Historia de la Iglesia, Cristología, Antiguo Testamento y Autoconocimiento. Entre evaluaciones, exposiciones y debates vamos aprendiendo juntos como Vida Religiosa en formación en Barquisimeto.

 

En definitiva, el espacio del Intercongregacional es una oportunidad que Dios nos da para formarnos en temas necesarios para los retos de la Vida Religiosa de hoy. Además, hacemos amigos y amigas que, siendo jóvenes como nosotros, se preguntan cada día cuál es el plan de Dios con ellos y cómo podemos hacer que el reino de Dios sea hoy una realidad en nuestro país, entendiendo, como dice San Ignacio que “Entramos para aprender, salimos para servir”. 

                                                                                                                Jesús Urribarri SJ