Jhonatthan Herrera
En el marco de la preparación
para la celebración de los 60 años del nacimiento de Fe y Alegría llegué al internado de San Javier del Valle, para vivir mi experiencia de colegio como novicio; a veces es
difícil pensar en encontrar al Señor en medio del bullicio, bajas temperaturas,
celulares con reggaetón ni mucho menos
entre vacas. Sí, entre vacas, libros,
recreos en los que todos hablan a la vez, partidos de futbol a más o menos
2500 metros de altura…
jejeje (muestra de los milagros). El Pico Bolívar como testigo y los protagonistas
de esta experiencia casi 400 chamos, algunos internos y otros tantos externos, que
hacen vida en esta casa
de estudio.
Fue este un tiempo de Gracia, me permito llamarle así, porque,
cuando puedes callar un momento y observar
en medio del hermoso paisaje historias de entrega, de lucha, ganas de
seguir adelante, te encuentras gente que transparenta la resurrección, que vive
su cuaresma (ayunos, oración, penitencias sin prescripción sino porque la vida
te lleva), viernes santo tras viernes santo y aun su Vida es un ALELUYA, esto es un tiempo de gracia, un tiempo que solo desde la gratuidad, que es un
don y esta experiencia me lo confirma, se puede vivir, y es por esto por lo que
apostó el Padre Velaz, la Hna. Monte, y hoy siguen apostando con Fe y sobre todo con mucha Alegría tantos y
tantas que creen en una civilización del amor.
Doy Gracias al Dios de la
Vida por esta experiencia, por la Comunidad de padres Jesuitas de San Javier,
las Hermanas Spínolas, los docentes, y sobre todo a los muchachos, tantos rostros que en medio
de la diferencia me hicieron recordar que yo también soy Hijo de Fe y Alegría…
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