EXPERIENCIA DE HOSPITAL.

El pasado mes de Diciembre vivimos una de las experiencias claves de este tiempo de probación y formación que es el noviciado: el mes sirviendo en hospitales. Esto con el fin de “servir en todo a nuestro Criador y Señor crucificado por nosotros”. Una vivencia inigualable.

En este sentido, tuve la dicha, junto a mi compañero novicio Pedro Bravo, de hacer mi experiencia en la Casa de la Caridad que dirigen las Misioneras de la Caridad (MC) en Cocorote, Estado Yaracuy. Esta casa fue la primera obra que Santa Teresa de Calcuta inauguró fuera de la India. Actualmente, atienden a 23 muchachos, entre jóvenes y adultos, que prácticamente se han criado con ellas desde muy niños. Es necesario decir que aprendimos y compartimos mucho con las hermanas y los trabajadores. Su carisma se vive en la casa.

Nuestro servicio consistió en estar a disposición, y esto nos llevó a darles de comer, lavarles la ropa, darles su respectiva medicina, vestirlos, cambiarlos, conversar un rato con ellos, pasearlos…, y hasta jugar fútbol. Alguna que otra vez hicimos el turno de la noche, es otra dinámica sin duda. Por otra parte, un elemento que matizó por completo la experiencia fue la vida parroquial en torno a la Iglesia de San Jerónimo: las parrandas y bendición de pesebres, las misas de aguinaldo, la celebración del nacimiento del Señor Jesús, la Sagrada Familia, María Madre de Dios… y las misas cotidianas. Toda una diversidad integrada.

Para finalizar, esta experiencia ha sido novedad de Dios que he podido encontrar en los muchachos de la casa hogar, las religiosas, trabajadores, feligreses, el párroco, los niños… y que me ha puesto en contacto con el misterio de Dios, que “oculta su Divinidad” y nos congrega a todos junto a él.

                                                                                                                              Jesús Mendoza NSJ