Sunday, April 23, 2017

Una experiencia para dejarse educar.

Durante esta cuaresma tuve la oportunidad de vivir mi quinta experiencia de noviciado: la experiencia educativa. Para mí fue una bendición poder realizarla en la escuela técnica San Javier del Valle. Ya que representa de entrada buen clima y hermosos paisajes, pero también te deja presenciar el amor y la dedicación que hay de parte del personal directivo, administrativo, docente y obrero, quienes entienden que trabajar en Fe y Alegría representa mucho más que un horario laboral estricto sino que es una oportunidad de apostar por los jóvenes venezolanos a través de una dedicación exclusiva y generosa; además pude compartir con un gran grupo de muchachos que se piensan el país de forma distinta y creativa, que creen en una formación técnica de calidad y que apuestan por un oficio digno que les ayude a construir con claridad y sinceridad un futuro próximo.

Mi responsabilidad fue preparar para los estudiantes convivencias que les permitieran pensarse el tema de proyecto de vida, con base en las 4 semanas de ejercicios espirituales de San Ignacio, en medio de un ambiente entretenido que facilitara el compartir y la interacción entre ellos y dirigidas a los estudiantes de 1er  a 5to año. Durante estos días pude conocer sus historias, sus esperanzas y sus limitaciones, para descubrir de la mano de papá Dios que parte importante de mi vocación se concreta justamente en ello: compartir con jóvenes que representan el germen de la Venezuela que quiero y que sueño.

Para finalizar la experiencia y junto a las Hermanas Esclavas del Divino Corazón -quienes apoyan con la dirección y la pastoral del colegio- organizamos una semana vocacional. Días en los que los jóvenes disfrutaron de distintas actividades que buscaban promover el encuentro y generar preguntas con respecto al sentido de la vida, la vocación y la búsqueda de nuestro lugar en el mundo.  Sin dudas, vivir la dinámica de San Javier durante este mes, ha sido un regalo de papá Dios, donde pude enamorarme un poco más de la labor educativa que ofrece Fe y Alegría y de la propuesta de educación técnica que esta gran familia brinda a la juventud.

Todo este mes lo realicé viviendo junto a varios compañeros jesuitas mayores, quienes me recibieron con mucha apertura y disposición y me alentaron a seguir cultivando la vocación a través del servicio y el encuentro con los demás. Sin embargo, de manera muy personal, para mí lo más diciente fue poder observarles y darme cuenta de la energía que a pesar de los años los mantienen prestos para la misión y alegres con el servicio que cada uno ofrece, una gracia que viene de Dios y que se concreta aquí, en medio de nuestro pueblo. 

Hoy como siempre nuestro hermano Jesús nos  habla a través de la realidad más cercana, de la juventud, de la situación del país, de una vocación particular, con la actualidad y la novedad que solo él conoce, conduciéndonos al encuentro con los más necesitados e invitándonos a ser cada vez, con más urgencia, portadores de esperanza, símbolos de vida y de juventud.
                                                                                                                                                                                                                                      Juan Hellburg SJ

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