La Pastoral Vocacional de la Arquidiócesis de Barquisimeto
– que incluye a toda la Vida Consagrada y al Seminario Divina Pastora- organiza
cada año, previo a la procesión, una exposición de todas las formas de vida que
propone la iglesia; matrimonio, vida sacerdotal, laico comprometido, movimientos
juveniles y vida consagrada. A este despliegue de estilos en la Iglesia se le
ha llamado por 3 años consecutivos ExpoCarisma Vocacional, que se reúne en
Santa Rosa.
Todos los años son numerosos los voluntarios que
permiten que la actividad se desarrolle y era la vida consagrada la que tenía
Stands. Este año las cosas fueron algo distintas; los jóvenes de los
movimientos que funcionan en Barquisimeto eran, junto a padres y hermanas, fueron
los responsables de la logística, propaganda, donaciones y por supuesto, tenían
un Stand para mostrar que también son opción en la búsqueda de la vocación. Fue
de gran gusto trabajar junto a tantos jóvenes que apuestan, desde la Iglesia, a
un mundo con jóvenes comprometidos en ayudar a otros.
El día 7 de enero llegamos muy temprano a organizar
la que sería nuestra casa por 4 días y poder presentar de la mejor manera lo
que de forma muy sencilla, hacemos como compañeros de Jesús. A medida que
pasaba el tiempo, iban llegando cantidad de personas que así como nosotros
querían mostrar en su estación lo que hacen, dónde están en Venezuela y cómo
han logrado ser felices y encontrar en ese lugar su vocación. A partir de las
10:00 am el ambiente fue cambiando; personas de todas las edades entraban a la
Expo por referencia de años anteriores, por la música que invitaba a pasar o
por simple curiosidad. “No sabía que había tanta gente trabajando en la
iglesia” o “qué bueno que no se han ido de Barquisimeto”, eran frases que se
escuchaban durante la jornada. Niños, jóvenes y adultos se acercaban a los
stand a ver, dicho por ellos, lo que “Dios le quería decir hoy”. De igual
forma, fue un espacio para que los jóvenes pudiesen ver la cantidad de carismas
que la Iglesia tiene y dónde pueden ellos servir más y mejor a los hermanos.
A medida que se pasaban los días (seguramente porque
se hacía más cercano el 14 de enero) la cantidad de personas iba aumentando y
también crecían nuestras ganas de atender e interactuar con la gente a través
de conversaciones, jugar con una ruleta de mensajes hecha por nosotros o sonreír
ante la pregunta de las personas por algún padre Jesuita. Compartir con distintos
grupos, de vida consagrada y movimientos apostólicos, me recordó las palabras
de San Pablo a los Corintios: «Hay diversidad de
carismas, pero el Espíritu es el mismo», que invitan a que donde estemos,
podemos ayudar junto a otros tantos a mejorar este mundo. A hacer de esta
sociedad un lugar mejor si todos, como en la ExpoVocacional, nos preocupamos
por mostrarle caminos de felicidad al otro.
Jesús
Urribarri SJ
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