Dieciséis días de compartir la vida de
misión con los compañeros jesuitas, de la comunidad San Ignacio de Loyola, en
la ciudad de Maturín. Estar en las actividades parroquiales que ahí iban
suscitando, como lo fueron de pastoral vocacional, visitas a las comunidades,
conversar con los jóvenes, tener la oportunidad de asistir las olimpiadas
de matemáticas y castellano, y conocer otras realidades del país que no conocía,
y aunado a éstas actividades valiosas, lo fue también escuchar las experiencias
de vida de los compañeros jesuitas, fueron momentos agradables al sentir una
cercanía con DIOS, y cómo dejar de agradecerle sí siempre
estuvo ahí brindando compañía en todo momento y lugar.
Visitar las comunidades acompañando al
sacerdote a celebrar la eucaristía y encontrarse con tanta gente buena que
contagia de sus ganas a vivir la vida, de agradecer a DIOS por sus propias comunidades,
animan a seguir ahondando en el conocimiento interno de Jesús para más conocerle.
El compartir con los jóvenes de las diferentes comunidades de la parroquia y
ver que viven con gran entusiasmo la misión que Jesús les pide Hoy, que
comparten lo mucho o poco que DIOS les da, pero con un afecto significativo,
desde un casabe hasta un buenos días, ¡bienvenido! a estas tierras del oriente
venezolano, vivifican ese amor profundo de Jesús hacía mí, que me reanima a
amarle cada día más. Compartir la vida comunitaria con otros jesuitas, me
permite cada día conocer un poco más a esta mínima compañía, la diversidad de
sujetos que ella integran, y las actividades apostólicas que realizan siguen
ampliando el horizonte de la misión que Jesús de Nazaret pide hoy, y así más
seguirle.
Agradecido con DIOS, por esta corta pero
significativa experiencia donde no puedo dejar a un lado el ser partícipe de las
olimpiadas de matemática y castellano,
ver toda la labor que esta actividad implica, un gran esfuerzo y
dedicación en planificar, dialogar y llegar a acuerdos que transcienden de una
ideología cuando se tiene por visión la construcción de un mejor país con
educación, de una competencia sana que exalta el esfuerzo de estudiantes y
docentes en el estudio de la matemática y castellano, que a su vez promueve el
interés de continuar estudiando y enseñando estás disciplinas.
Gerson Durán SJ
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