El sábado 21 de enero tuve la oportunidad de
participar como invitado en el taller de guías de Huellas de la zona
Lara-Llanos. Temprano subí a la casa de retiros de Paso Real en compañía de un
seminarista diocesano Rubén Hernández, una hermana de Vorselaar Diana Moreno y
un matrimonio Gregoria y Alfredo; con el ánimo de participar esa tarde en la
jornada vocacional que se preparaba para los jóvenes huellistas.
Luego de presenciar las excelentes exposiciones de
los muchachos, y compartir el almuerzo, empezó el trabajo de la tarde.
Preparamos un rally vocacional para
que los huellistas conocieran por intervalo de tiempo las diversas opciones de
vida desde las que pueden construir un mundo más humano y justo. Las opciones
eran: la vida matrimonial, la del laico comprometido, la vida religiosa
(masculina y femenina) y sacerdotal. Fue un espacio en el que pude compartir
con estos muchachos la magia que para mí tiene la vida religiosa y por qué creo
que la Compañía de Jesús es una verdadera opción para los jóvenes de hoy.
Agradezco a Dios cada pregunta y comentario, porque me siguen permitiendo
encontrarle en personas y momentos concretos, a la vez que me hacen profundizar
en mi experiencia de fe y vocacional. En ese momento volvía a gustar la
sensación que el trabajo con jóvenes me va generando.
Terminado el rally,
los huellistas simularon un espacio de televisión, llamado “Mag+s TV”, en el que fui invitado al
panel para compartir mi experiencia vocacional. El ambiente familiar me
facilitó contar aquello que ha sido importante para mí, con sinceridad y
alegría, abriendo el corazón a estos hermanos que quieren seguir al primer
caminante. Las preguntas incomodas daban paso a respuestas que, entre risas,
iban acortando las distancias sociales que pretenden separar a un joven de hoy
y un joven religioso de hoy. Barreras que se derriban conociendo el mundo
religioso y reconociéndonos como iguales, convocados todos por Jesús para
cambiar el mundo y llevar la buena noticia de la vida en abundancia. El buen
clima da la oportunidad para que otros jóvenes, que sienten fuego que quema en
su corazón, se puedan preguntar con libertad y discernimiento acerca de la vida
religiosa y acerca de la vida en esta mínima Compañía.
A esta altura del día ya me sentía huellista; el
fuego que me ha movido todo este tiempo tomó un poco más de fuerza ese sábado.
Y yo, como un niño, voy aprendiendo a disfrutar y redescubrir la novedad que
Papa Dios me va regalando a través de los jóvenes huellistas. Volví a casa
contento.
Gracias a Huellas por la invitación y gracias a los
más de 9000 huellistas por formarse para ser líderes para el mundo que
queremos. Yo quiero gastar mi juventud y mi vida al lado de gente tan valiosa
como ustedes ¡Y no quiero gastarla en lo de siempre!
Jesús Linares SJ
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