El inicio de la Semana Mayor 2017 estuvo marcado por
acontecimientos irregulares que sacudieron a Venezuela, el estado Lara no
escapó a la realidad; hubo por doquier focos de protestas y manifestaciones con
distintos tonos de violencia; en medio del desconcierto y una posible
suspensión surgió el ánimo que viene de Dios y fue así, como un grupo de
jóvenes (reducido en número pero no en entusiasmo) se lanzaron a lo que fue la
misión de Semana Santa en Pavia (comunidades de Tapa de Piedra, Entrada a
Piedra Colorada y Padre Diego); dicha actividad había sido preparada con
antelación, por el grupo de pastoral del IUJO Barquisimeto y el noviciado
Jesuita, con el apoyo solidario del IUJO extensión Guanarito.
El mensaje evangélico fue esparciéndose por los tres
(03) sectores, la sola presencia de los jóvenes llamaba la atención de los
lugareños, que se acercaban a conocerlos, cada uno pudo establecer lazos de
amistad en el compartir con los vecinos, en la visita y bendición de hogares,
en las risas y juegos con los niños, en el encuentro con los ancianos y enfermos
que recibían a Jesús sacramentado de manos de los misioneros. Las tardes fueron
dedicadas según el día, a la procesión con “El Nazareno”, la celebración del “Lavatorio
de Pies” y la escenificación del “Viacrucis”. La noche del sábado fue especial,
pues todos los misioneros se reunieron en la comunidad de Tapa de Piedra, para
celebrar la vigilia pascual.
La alegría fue el sentimiento más perceptible en los
rostros de los misioneros y de los habitantes del sector, pocos días de
comunicación se hicieron suficientes para que brotara la confianza y la
empatía; para recibir invitaciones a compartir la mesa, a conversar sobre
situaciones puntuales de vida y a regresar en una nueva ocasión, ya sea en
misión o a saludar a las amistades recién constituidas. La experiencia marcó
positivamente a cada uno y le dejó un camino abierto en su discernimiento de
vida como jóvenes cristianos. Entre el calor abrasador del día y el frío
inclemente de la noche, se vivió una santa semana, en medio de paisajes
desérticos y de gente amigable ocurrió el milagro de Jesús que invita a una
vida nueva.
Caminar, misionar y recorrer las comunidades en
Pavia es una actividad habitual de fines de semana para un novicio jesuita, lo
que puede no resultar algo novedoso; sin embargo Dios se vale de instrumentos
que emplea para enseñar a ver al mundo con nuevos ojos, esta Semana Santa fue
para redescubrir y oxigenar la misión que allí se viene haciendo, tomarse más
tiempo para abarcar más casas ávidas del mensaje de Cristo, acompañado por
jóvenes con impulso, dieron un plus a la labor, que será (mediante Dios) cada
día más fructífera, pues la gente no necesita muchas razones para convencerse
de que en su corazón está Jesús vivo y resucitado, actuando en su favor.
Luis Varela SJ


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