Mi experiencia de hospital.
El pesebre,
escena cautivadora de mi atención,
donde mi
experiencia de hospital se desenvolvió,
encarnando la
ternura de un niño que vino al mundo por amor,
en las
circunstancias menos esperadas, la convivencia empezó,
junto a los
compañeros de misión,
un estilo sin
comparación.
Vivida durante
treinta días de encuentro con el Señor,
ya que cada
mañana estrenaba su amor,
al escuchar la
voz de aquellos que mi Señor encomendó,
enjuagar y
limpiar la piel de aquel, la mía se erizo,
haciéndome que
era la de mi Señor,
cuando ellos me
abrazaban, mi corazón enterneció,
en la sencillez
del joven, DIOS me renovó,
La apertura con
otros me cuestionó,
cuando los
rostros con sus historias me confiaban, mi ser se embargó,
estando atento a
la situación, estuve para dar mi propio yo,
para ir más allá
de lo que mi cerebro cuadriculó,
siendo movido
por el espíritu que en todo momento me guió,
y poco a poco me
conquistó,
de esta manera
concluyo yo.
Gerson Durán Nossa.
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