Con el proceso
de los Ejercicios Espirituales se busca que el ejercitante ponga orden a
ciertos afectos para que así logre un encuentro pleno con Dios. Dicho proceso,
en su desarrollo, muestra algunas analogías (no equivalencias) con el proceso
psicoanalítico. Este fue uno de los planteamientos que se llevaron consigo los
novicios jesuitas venezolanos tras participar en la cuarta semana del XIII
Curso-Taller Internacional para Acompañantes de Ejercicios Espirituales,
coordinado por el Centro de Espiritualidad y Pastoral (CEP) de la Compañía de
Jesús en Venezuela.
Este curso, que
se llevó a cabo entre el 25 de junio y el 26 de julio en las instalaciones de
la casa de retiro Quebrada de La Virgen, ubicada en Los Teques (estado Miranda),
contó, durante la última semana, con la participación del psicoanalista y
sacerdote jesuita Carlos Domínguez. El taller dictado por Domínguez giró en
torno a La afectividad en el proceso de los Ejercicios Espirituales.
Los novicios
José Manuel González, Isaac Velásquez, Jhonnathan Herrera y Erick Mayora
participaron en este taller dictado por Domínguez, en el que se desarrollaron
diferentes temáticas: la imagen psicológica que tenemos de Dios, la identidad
mística y la identidad profética de los creyentes, los sentimientos de culpa y
de pecado, el rol de las primeras experiencias vividas por un bebé en la
configuración de la personalidad de éste y en su experiencia de fe, todo el proceso
de los Ejercicios Espirituales desde las anotaciones hechas por San Ignacio
(analizando elementos relacionados con el método, la figura del acompañante y
el papel del ejercitante).
Además de
adquirir conocimientos en cuanto a la relación existente entre psicología,
afectividad y espiritualidad (específicamente en el ámbito de los Ejercicios
Espirituales), la participación de los novicios jesuitas en este taller se
convirtió en una oportunidad para encontrarse fraternamente con hermanos
religiosos de otras congregaciones ubicadas en Venezuela y otros países
hermanos tales como Colombia, Chile, Paraguay, Ecuador, Brasil, República Dominicana,
Perú, Portugal, México y Uruguay.
Una vez más, en
el encuentro y el compartir fraterno, los novicios jesuitas encontraron
evidencias de que el mensaje del Evangelio se hace realidad en nuestra vida
cotidiana. Sólo hace falta abrirse a la experiencia de un encuentro autentico
con Dios en las hermanas y hermanos que el Padre Bueno va poniendo en nuestro
camino.
Erick Mayora N.SJ
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